martes, 24 de agosto de 2010

De a ratos.

Hoy camine por la peatonal y mire el suelo para no cruzarme con tu mirada coincidente.
El viento frotaba mi cara al tiempo que mi nariz se escondía tras mi bufanda marrón.
Era inevitable pensar en vos. Pase por un negocio de ropa y la música que salía de allí me hizo ahondar en los recuerdos.
Entonces empecé a mirar para todos lados, para ver si te encontraba. Di la vuelta a la peatonal con la esperanza de verte dentro de algún local, sentada en una plaza, o tomando un té dentro de una estación de servicio. Solo para que un instante tuviera sentido. Pero no te vi. Entonces volví a mi casa con los pensamientos rotos.
Después de un rato el sol brillo en tu rostro imaginario. ¡Hey! Que hermosa sos cuando te pienso, y como llueven las estrellas si se que estas feliz. No me importa la ausencia ni los demás. Yo te quiero como sos, una caja cerrada que dispara luz por las pequeñas hendiduras que el amor le ah provocado.
¡Hey! Espero que sepas que estoy para vos, y que pese al los errores no miro para atrás.
Y cuando busco el consuelo, ni tus palabras me alcanzan por que tus ojos manchados en el aire no existen. Mis lágrimas ya secaron y ahora quiero abrazarte y decirte que no importa nada. Ni el, ni ella. Solo nosotros en pensamientos del tiempo.